El mérito del jaqués no es pequeño. Logró meterse entre los 50 primeros de los 192 participantes que se disputaron la carrera en un tubo helado de 350metros de largo, con pendientes de hasta 35 grados, obstáculos espectaculares y peligrosas curvas de 180 grados. Además, los deportistas, en su mayoría procedentes del mundo del hockey hielo, tuvieron que luchar contra un frío intenso, ya que se registraron temperaturas que rondaron los 20 grados centígrados negativos.
Biec reconoció sentirse muy contento con el resultado: “Este circuito es una mezcla de fuerza y velocidad y he conseguido un tiempo muy bueno a pesar de no haber podido estar en el primer entrenamiento”. José Antonio Biec había competido en Lausana (Suiza) en 2009 y en Munich este año, por lo que su evolución ha sido muy positiva y satisfactoria.
El Red Bull Crashed Ice, como indicábamos, es una disciplina a medias entre patinaje sobre hielo y skiercross (descenso en esquís), en el que los participantes bajan hombro con hombro en tandas de cuatro por una pendiente helada construida con saltos, curvas e infinidad de obstáculos. El primero que llega a la meta, gana.
Para construir la pista de Moscú, hay que tener en cuenta que las instalaciones se montan en entornos urbanos para atraer a una mayor cantidad de público, fueron necesarios 20.000 tornillos, 650 columnas y 400 paneles de policarbonato para construir el tubo de 350 metros de largo y cubierto por 2.000 metros cuadrados de hielo.
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