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El trabajo del equipo en Truchas se desarrolló en
tres fases. En primer lugar se realizó un transecto
batimétrico, estudio que sirve para averiguar el perfil
de profundidad - que dio como resultado una máxima
de 4,7 metros-. El siguiente paso fue la limpieza del fondo
del ibón con ayuda de equipos de buceo. En este sentido,
el equipo destaca la alta presencia de deshechos de todo
tipo en el interior del lago, circunstancia que relacionan
con el fácil acceso del que el paraje dispone. Por último,
el CIM-Jaca procedió al estudio del terreno, animales
y plantas presentes.
En el contexto del estudio biológico
se ha procedido a la anotación de las especies de
flora vascular y de fauna, además de la realización
de un mapa de vegetación, así como a la toma
de muestras de fitoplancton, zooplancton y agua, que serán
analizadas por el Instituto Pirenaico de Ecología-CSIC
de Jaca, que ha colaborado en esta actuación, junto
con el personal de la estación de Astún.
Entre
los seres vivos documentados por el grupo, destacan comunidades
vegetales protegidas por la Directiva de Hábitats
de la Unión Europea, como el esparganio. Entre los
animales, han podido ver ejemplares pequeños de trucha
y alevines, así como renacuajos de rana vermeja. Desde
el Club de Inmersión informan de que no se han encontrado
ejemplares de tritón pirenaico –especie endémica
muy común- que, sin embargo, ha desaparecido en aquellos
ecosistemas en los que se han introducido alevines de trucha
de forma artificial.
Por último, destacar que el CIM-Jaca,
tras constatar la suciedad presente en aquellos lagos que
cuentan con un acceso fácil para los visitantes–como
es el caso del Ibón de Truchas-, apunta que sería
deseable realizar campañas de sensibilización,
con el objetivo de que los visitantes tomen conciencia de
la importancia y la fragilidad de estos ecosistemas.
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