Desde la Ciudadela recuerdan que el centro
de recuperación de La Alfranca está ubicado
en Patriz, Zaragoza, y es un hospital veterinario donde se
atiende a los animales salvajes pertenecientes a especies
protegidas que presentan alguna lesión o problema
para su cría. Allí, “se les cura, se
les rehabilita y se les libera de nuevo en su hábitat
natural, siempre que sea posible”, señalan..
Los responsables de la fortaleza jaquesa
también explican que aunque la pequeña cierva
pareciera que estaba extraviada, “en la mayoría
de los casos no es así, ya que la madre suele estar
a unos cientos de metros, refugiada de la presencia humana,
por lo que no es aconsejable en ningún caso tocar
o acercarse a estas crías”. Aunque reconocen
que en el caso de Vera, los excursionistas lo hicieron con
la mejor intención, la de proteger a la cervatilla.
Con la llegada de Vera a la Ciudadela ya
son 10 hembras y 8 machos los que habitan en los fosos de
la Ciudadela, convirtiéndose en un atractivo turístico
más de la ciudad, que se remonta al 19 de marzo de
1973. En aquel año, “se soltaron las dos primeras
hembras y un macho, en aquella ocasión procedentes
de la reserva existente en Puerta de Hierro (Madrid)”,
indican.
Pero además de ampliar la población,
los militares de la Ciudadela esperan que Vera contribuya
a renovar la genética reproductiva de una manda que,
según indican, anualmente suelen procrear entre dos
y tres crías.
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