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Última actualización Martes, 12 Agosto, 2008

Un campo de trabajo recupera diversos búnkeres en Canfranc

Texto: A. Ferreiro. Foto: ACJ-Pirineum
Un total de 17 jóvenes, voluntarios del campo de trabajo de Canfranc, se han dedicado estas últimas dos semanas a la limpieza y restauración de diversos búnkeres, todos ellos situados estratégicamente a lo largo del valle, concretamente en el entorno del Paseo de los Melancólicos. Este grupo forma parte de un total de 240 jóvenes de diversas nacionalidades, de edades comprendidas entre los 18 y los 26 años, que durante los meses de verano participarán en los campos de trabajo organizados por el Instituto Aragonés de la Juventud.

Entre las obras realizadas por este grupo, destaca la recuperación de un búnker artillero, que es el más amplio del conjunto y el que presenta mejores condiciones de habitabilidad, por lo que estará destinado al refugio de los peregrinos jacobeos y de los excursionistas. Este primer grupo ha reparado por completo los búnkeres ametralladora 121 y 122, y parcialmente los 12A Y 12B, con la idea de hacerlos visitables. Las obras de rehabilitación se han completado con el arreglo del vivero “Casita Blanca”, que durante los años 50 fue utilizado para plantar árboles que posteriormente se destinarían a la repoblación.

Los búnkeres, cuya construcción data de la década de los cuarenta, tenían como objetivo servir de protección ante un posible ataque enemigo. El miedo de Franco a una invasión desde el norte, como en 1944 se produciría a través del Valle de Arán, fue lo que motivo tal despliegue. En la construcción tomaron parte diversos regimientos militares con soldados de reemplazo.

En la fecha se proyectó la construcción de 10.000 estos refugios, que protegerían la frontera pirenaica, por lo que la red de construcciones recibió el nombre de “Línea P” o “Línea Gutiérrez” –aunque este nombre es más propio de Cataluña-. Miles de personas trabajaron en su construcción en los valles pirenaicos, y finalmente, se erigieron algo menos de 5.000 búnkeres en el Pirineo, la mitad de ellos en Aragón que, sin embargo, nunca llegaron a ser utilizados.

Un segundo grupo de jóvenes releva ya al primero, continuando con la limpieza de tres refugios más. Del sexto se está retirando la tronera, oculta desde los años 50. Los trabajos continúan con la limpieza de un séptimo y un octavo búnker. Se prevé que cuando finalicen las labores, a finales del mes de agosto, se haya completado la limpieza de entre 10 y 12 asentamientos fortificados.