La llegada del frente frío ha salvado la temporada de esquí. Además la nieve caída con abundancia estos últimos días constituye una excelente noticia en un año marcado por la sequía, dado que garantizará reservas de agua suficientes para el verano, tanto en lo que se refiere al consumo humano como a las necesidades de la agricultura.
Las copiosas nevadas caídas en el Pirineo desde el pasado martes han aumentado de forma notable el grosor de las zonas esquiables. La nieve ha dejado espesores que van desde los 15 a los 155 centímetros, señalaron responsables de las estaciones pirenaicas.
Foto: Candanchú |